DICIEMBRE, mis emociones volverán.


Un adiós que recién empieza, 
otras historias que llegarán, 
me voy sentado
desde donde empezó todo,
con mis comienzos sensatos
y mis apegos ajenos.

La vida se me hizo justa,
pagué por pecadores
y cobré por riquezas emocionales
no tan mías.
He guardado algunas otras cartas
y libros, que abrirán sus hojas secas
como árboles en otoño.

Tal vez por estos tiempos
nazca la ilusión,
el deseo y el compromiso
de dejar libertad envuelta en regalos,
lo mismo que noches sin lunas
y más que versos a medias,
letras duras.

Y para matar el llanto
de quien no tenga abrigo,
estoy dispuesto a ceder alimento,
a compartir mi techo
y guardar sus penas
a quien rece conmigo,
no pidiendo, ni exigiendo,
solo a él, mi agradecimiento.





Comentarios