mi falta de amor
y mi nobleza,
mi pena se va extinguiendo
cada vez que hablo de ella,
mi amor nulo ya lo he concluido
y mi nobleza se va enriqueciendo
aún cuando creo haberla perdido.
Y mis sentimos casi vacíos
piden a gritos no mas de esos desbordes,
las alegrías ya las he vivido
y las causales siempre fueron las mismas,
solo me quedan dos botellas
y cientos de canciones,
los recuerdos y muchas decepciones.
Y si no bastasen las tantas caídas
que sufrió su tan pequeño corazón,
le suplicó a la vida
no más amores tontos
de los que se olvidan en una noche,
de los que ya estuvo acostumbrada
y dejarle ser libre solo un momento,
el espacio de tiempo
que determine su madurez,
y dejar escrito por última vez,
que en la primavera
volvería a florecer.
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