a mis 60... días


A unas cuantas horas de llegar el día,
me desperté, y quien diría ...
 
Abordé el espejo,
mientras me ponía loción
y un poco de aliento a mi reflejo,
es la hora.
Espero reencontrarme conmigo
y con aquellos vagos recuerdos
que dejé aquel quince, 
de aquel mes.
 
Es el primer respiro a la libertad
semi amarrada a un sinfín
de nuevas aventuras,
de abrazos ajenos
que en algún momento, volverán,
de violetas sonrisas 
que dejan rastros,
de amores y desamores
que algún día brotaron
y de mi autoestima
que en el cruce, 
yace perdida.
 
Pasaron unas mil horas,
al principio fue fácil,
luego difícil, luego solo ya no.
 
Han pasado ochenta mil minutos,
la gente duele, ¿que si soy feliz?
de seguro que sí,
mi libertad ha vuelto
pero no como quería, aún no.
 
Llegaron los últimos
cinco millones de segundos
y he contado cada sonrisa
y cada palabra,
que me llevó a ser feliz.
 
Mis primeras letras
se basaron en mi realidad
y en la dicha inconsciente
que aún me aguarda,
te explico y me asumo una vez más.
 
Estaba cansado,
las piernas ya no respondían
a las caminatas que solía dar,
mis huesos los sentía inertes
y mis labios muy resecos.
 
La vida que se me planteó tener,
está casi extinta
y las nubes,
ya no me acompañan.
 
Cada paso hacía ahondar en mis ganas
de crear un mundo
donde mi felicidad dependa del aire,
y que el motivo, sea propio.





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