Como no pensar en aquellas rosas
que me abrieron el alma,
en las sonrisas
que dejaron expuesto mi corazón
y las despedidas que parecían infinitas.
No hay fuente de amor más bonito,
que sentir el olor de su pelo,
y sus pies bajitos,
de sus abrazos
y sus finas caricias.
En los vaivenes del placer
encuentro mi refugio,
en cada gota de sudor
que me provocan sus besos,
en las fuertes oleadas de calor
que me produce su figura
y es que como no quererla
tanto, si me declaro
tan adicto a ella.
Firmo por todo lo que hago,
mis deseos,
mis emociones,
mis ganas y mi afán.
No quiero irme para volver,
quiero quedarme a serle fiel,
a todo lo que amo,
aunque el orgullo que llevo dentro,
lo expulsaré por un momento
para confesarle mi querer,
Si! de una buena vez.
En un instante,
pensé en no contarle,
mis deseos que dejó aquella vez,
impregnados y que pensé...
Tal vez la lejanía de la luna
hacía mucho por aquí.

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