aprendes a valorar lo simple,
lo que parecía ya extinto,
respiras y sedes ante
la majestuosidad que ven tus ojos,
por dios no lo creo!
Vuelvo ha ser libre
como pájaro en ramas,
que despliega sus alas y vuela, y vuela.
¿Por qué no pasó antes?, me pregunto,
es acaso que somos tan inhumanos
para no apreciar nuestro entorno,
que si las plantas
tornan de verde mi jardín
y que si los cánticos de las aves
gritan joviales melodías.
No pudo haber sido tan mala nuestra muralla,
que separó nuestro visible mundo vital,
por diáfanas riquezas,
que solo alimentan la vida,
pero no la existencia
y lo mágico de vivir.
Y con el tiempo
he de volver a donde fui feliz
y mi felicidad radica en mí…
Oler, oír, tocar, y sentir.
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