Único dueño, tú



En tus ojos brotes de alegría,

fuerza y convicción
en tu boca, seguridad,
firmeza y divinidad,
en tus manos, protección,
quietud y ponderosidad.
 
De ti nace la bondad,
pizca de amor,
compañía y lealtad.
Costras de una memoria,
que con el tiempo desaparecerán.
 
Agua fértil que en tu ser
permanecerán,
apartados de la maldad
pero acompañados de verdad.
 
Cumbre anhelada
que con amor alcanzarás,
la cima no es la llegada,
el cielo es la meta
siendo el dueño tú,
destino y profeta.



Comentarios