místico y dorado;
alegría fértil
que dio su fruto al hoy.
Vientos suaves y
auroras gastadas al ayer,
dulce fuente de poder
que nacen nuevamente
en nuestro ser.
Si celebramos no es despidiendo,
es recibiendo lo que llegó,
austero y frio fugaz
alejad de mi tu faz,
hoy solo quiero mirar
lo que mis ojos ven más allá.
Dios está en mí, un año más,
de la mano voy con él,
siendo mi guía universal
recorriendo lo bueno y lo malo
siempre, de inicio a final.

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